jueves, 31 de octubre de 2013

El Pintor del Avila

Manuel Cabre

Importante paisajista venezolano, se le conoce como «el pintor del Ávila». Fueron sus padres, el escultor español Angel Cabré y Magriña y Concepción A. de Cabré. Llega a Caracas a los 6 años de edad, cursando sus primeras letras con un maestro de apellido Gil quien enseñaba en una escuelita ubicada entre las esquinas de Carmen y Bucare. Debido a limitaciones económicas de su familia, se vio en la obligación de abandonar sus estudios y conseguir un empleo en un puesto de venta en el mercado de San Jacinto. En 1904, se inscribe en la Academia de Bellas Artes y ya en 1908 obtiene su primera distinción académica con un cuadro de gran tamaño: Paisaje de la Sabana del Blanco. En 1909, participa en una huelga de estudiantes de la academia que protestaban en contra del sistema pedagógico imperante en el instituto. A partir de entonces, abandona la academia y empieza a trabajar en una marmolería situada frente a la plaza La República en el Paraíso.
Vista al Ávila desde la Laguna de Boleíta óleo sobre tela | 32 x 49 cms.
Vista al Ávila desde la Laguna de Boleíta
óleo sobre tela | 32 x 49 cms.
En 1912, se incorpora al Círculo de Bellas Artes, una asociación gremial de artistas y escritores. Dos años después, participa con 5 cuadros en una exposición organizada por dicho círculo; uno de los cuales fue adquirido por el fotógrafo Domingo Lucca. En 1920 realiza su primera exposición personal, la cual le permitió recabar el suficiente dinero para viajar a París donde se inscribe en la Academia de La Grande Chaumiére. En 1930, regresa a Caracas para presentar una exposición con 26 obras de su etapa francesa en el club Central. A fines de ese mismo año, viaja de nuevo a París, pero en 1931 al morir su compañera Germaine, decide instalarse de manera definitiva en Caracas. En 1936, durante el mandato de Eleazar López Contreras, recibe el encargo de reformar la Academia de Bellas Artes, tarea que sin embargo es asumida por Antonio Edmundo Monsanto. A pesar de esto, en 1942, siendo presidente Isaías Medina Angarita, acepta la dirección del citado instituto ejerciendo el cargo hasta 1946. En 1951, recibió el Premio Nacional de Pintura. Entre las principales retrospectivas presentadas en reconocimiento de su labor artística, figuran: Sala Mendoza (1965), Museo de Bellas Artes (1971), Galería de Arte Nacional (1980), Museo de Arte Contemporáneo (1990).

Pintor de la luz


Armando Reveron
Artista y pintor, la obra de Armando Reverón, realizada en gran parte en el Litoral Central de Venezuela, capta y transmite toda la luminosidad del trópico. Asimismo, Reverón fue miembro sobresaliente de la Academia de Bellas Artes, junto a figuras de la talla de Manuel Cabré, Antonio Edmundo Monsanto y César Prieto. En cuanto a su infancia, se sabe por testimonios de la época, que a los pocos años de haber nacido en Caracas fue dado en crianza por su madre a un matrimonio de Valencia, los Rodríguez Zocca, quienes se ocuparon de su primera educación. Su tío-abuelo materno, Ricardo Montilla, quien había estudiado pintura en Nueva York, fue la persona que contribuyó de manera definitiva a despertar su vocación artística. En 1904, vive con su madre en Caracas y en 1908, se inscribe en la Academia de Bellas Artes, donde tiene como profesores a Antonio Herrera Toro, Emilio Mauri y Pedro Zerpa. Su rendimiento le valió la recomendación de sus profesores para obtener, al finalizar el curso de 1911, una pensión de estudios en Europa. Este mismo año, viaja a España y se dirige a Barcelona, donde ingresa a la Escuela de Artes y Oficios. En 1912, hace un breve retorno a Caracas; de nuevo en España, entra a la Academia de San Fernando en Madrid. De acuerdo con algunos estudiosos de su vida y obra, la capital española dejó una profunda huella en su espíritu; siendo cautivado además por el universo de Francisco Goya. Más tarde, recordará su paso por el taller de Moreno Carbonero, pintor un tanto extravagante, maestro de Salvador Dalí.
Armando Reverón
Regresa a Venezuela a mediados de 1915. Ya en Caracas, retoma su trabajo mientras asiste a las sesiones del exclusivo Círculo de Bellas Artes. Aunque estaba ausente de Caracas para el momento de la creación del Círculo, los fundadores de éste le consideraban como uno de los suyos. En 1916, Reverón pinta al aire libre sus primeros paisajes resueltos dentro de una tonalidad azul. Poco después se traslada a La Guaira donde vive de dar clases privadas de dibujo y pintura. Allí conoce en el carnaval de 1918 Juanita Mota, quien sería su modelo e inseparable compañera. También en La Guaira, se encuentra al pintor de origen ruso Nicolás Ferdinandov, a quien había conocido en Caracas el año anterior. Durante este tiempo Reverón visita con frecuencia el rancho de pescadores que el pintor ruso ocupaba en Punta de Mulatos. Siguiendo los consejos de Ferdinandov, Reverón decide instalarse en el litoral, iniciando con esto una nueva etapa en su vida y en su obra. Para 1921, vive en un rancho de la playa, en el sector de Las Quince Letras.

Los Baños de Macuto
Poco tiempo después se muda y comienza a construir, un poco al sur, el castillete que le serviría de morada para el resto de su vida. Esta decisión coincidió también con un cambio de conducta y por supuesto, una transformación de sus conceptos artísticos. En este período, al adoptar hábitos primitivos y desvinculado de la ciudad, Reverón pudo desarrollar una percepción más profunda de la naturaleza y esto lo llevó a emplear un método de pintar, así como a adoptar procedimientos y materiales que se adecuaban a su afán de representar la atmósfera del paisaje bajo efectos del deslumbramiento producido por la luz directa del sol. Además, creó valores cromáticos e ideó nuevos soportes, utilizando elementos autóctonos. Entró así a lo que el crítico Alfredo Boulton llamó su “Época Blanca”, ubicada aproximadamente entre 1924 y 1932. En 1933, se le hizo un primer reconocimiento, al realizarse una exposición de su obra en el Ateneo de Caracas, que luego fue presentada en la galería Katia Granoff de París. A comienzos de 1940, inició su “período sepia”, al que correspondería un conjunto de lienzos pintados en el litoral y en puerto de La Guaira y en donde los tonos marrones del soporte de coleto constituyen el valor cromático dominante de la composición; paisajes de mar y tierra donde destacan las marinas del playón, a los que siguió un período depresivo tras sufrir el artista una crisis psicótica que obligó a su reclusión en el sanatorio San Jorge, de José María Finol. Recuperado, no volvió a pintar como antes. A partir de este momento, se refugió en un universo mágico que, en torno a objetos y muñecas creados por él, dio origen a la última y delirante etapa expresionista de su obra; etapa figurativa caracterizada por el empleo de materiales tales como tizas, creyones y por una fantasía teatral que se tornaba más y más incontrolable pero que, a través de un dibujo que aspiraba a la corrección académica, buscaba restituir el equilibrio emocional de Reverón.
Armando Reverón
La última de sus crisis tiene lugar en 1953, siendo internado nuevamente en la clínica de Báez Finol, el mismo año en que le era conferido el Premio Nacional de Pintura. Confortado por este tardío estímulo, trabajaba con ahínco para una exposición que había anunciado el Museo de Bellas Artes, cuando le sobrevino la muerte mientras se encontraba en el sanatorio San Jorge.

Artista Plástico Venezolano

                                                    Arturo Michelena


Arturo Michelena es uno de los más importantes pintores venezolanos del siglo XIX. Nació en el seno de una familia vinculada al arte, lo cual influyó de manera definitiva en su vocación por la pintura. En este sentido, su padre el pintor Juan Antonio Michelena, fue su principal preceptor durante su infancia. Asimismo, su madre Socorro Castillo, era hija de Pedro Castillo retratista y autor de los murales de la casa de José Antonio Páez en Valencia. En 1874, Arturo Michelena hizo una serie de dibujos que ilustraron la edición neoyorkina de Costumbres venezolanas, libro de Francisco de Sales Pérez, quien lo presenta en el círculo de amigos de Antonio Guzmán Blanco con la intención de gestionarle una pensión de estudios. Entre 1879 y 1882, Michelena y su padre abren una Academia de Arte en Valencia, en la cual realizan retratos por encargo. Durante este tiempo, el joven Arturo Michelena pinta murales, copia cuadros antiguos, elabora retratos infantiles; lo cual será una excelente base de entrenamiento que lo capacita para participar con éxito en el Salón del Centenario, que se celebraba en Caracas, y al que envía su primer lienzo importante La entrega de la bandera al batallón sin nombre (1883), que le hace merecedor del Segundo Premio.
En 1885, Arturo Michelena parte a París en compañía de Martín Tovar y Tovar, para inscribirse en la Academia Julian, donde ya figuraban Emilio Boggio y Cristóbal Rojas. En este instituto recibió las enseñanzas del afamado decorador Jean Paul Laurens. Gracias a las recomendaciones de Laurens, Arturo Michelena envía al salón de 1887 un lienzo impactante El niño enfermo, con el que gana la Medalla de Segunda Clase y el reconocimiento Hors concours, máxima distinción que el salón le otorgaba a un artista extranjero. Entre 1885 y 1889, su obra se caracteriza por la adopción del realismo oficial y por el ambicioso propósito de la ambientación documental y arquitectónica de los asuntos narrados, ya fueran escenas de género o episodios históricos. En este período pinta sucesivamente: Una visita electoral (1886), La caridad (1887), La joven madre y Carlota Corday (1889), obteniendo con este último cuadro la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París (1889). En 1889 regresa a Venezuela donde fue recibido con júbilo. Luego de una temporada de éxito social en Caracas, contrae nupcias con Lastenia Tello Mendoza y retorna a París para iniciar un nuevo período en su carrera. Durante este lapso, adquiere una mayor destreza como dibujante y resolución en el uso del color y en la captación del movimiento natural; aparecen ciertas notas impresionistas y cierta inclinación religiosa. Obras importantes de este período son: La vara rota (1892) y Pentesilea (1891).
Arturo Michelena regresa a Venezuela luego de haber contraído tuberculosis en París. Por este tiempo se convierte en un retratista de moda y pintor oficial. Pero su salud, cada vez más resentida, apenas le permite dedicarle tiempo a obras ambiciosas como Miranda en la Carraca (1896), Berruecos (1895), el Descendimiento (1897) y La última cena (1898), quedando inconclusas algunas de éstas. Los restos de Arturo Michelena fueron sepultados en el Panteón Nacional el 29 de julio de 1948.

Artes en Venezuela

 Venezuela y su historia en las artes


Desde que existe la humanidad, el hombre sintió el deseo de expresarse de alguna manera. Este tipo de manifestaciones espontáneas y naturales dieron lugar a las primeras expresiones artísticas. En cualquier lugar del mundo podemos apreciar pinturas, esculturas, etc. que se pueden tomar como expresiones del momento vivido por ese pueblo. Hay expresiones que tienen que ver con lo religioso, con las guerras o quizás con la vida cotidiana. Los materiales utilizados en sus inicios son muy diversos, pero se aprecia desde sus inicios la necesidad del hombre de expresarse con el material que estuviese su alcance y en sitios inusuales.
Se considera Arte toda creación u obra que exprese lo que el hombre desea exteriorizar, obedeciendo a sus propios patrones de belleza y estética. La pintura, danza, teatro, escultura, el dibujo, la música, literatura, arquitectura, entre otras forman parte de las manifestaciones artísticas del ser humano.
El arte popular en Venezuela ha sido influenciado por diversas culturas. Entre ellas: la cultura autóctona de los aborígenes; la cultura africana, que trajeron los negros esclavos y la española, aportada por los conquistadores. Durante la época colonial venezolana la cultura fue fundamentalmente católica y patriarcal. Las manifestaciones culturales estaban asociadas a los asuntos espirituales de la población. La pintura y la música eran de inspiración religiosa y estaba al servicio del culto; la pintura ofrecía temas e imágenes sagradas como expresión gráfica, los artistas más representativos de la historia fueron: Juan Lovera, Martín Tovar y TovarAntonio Herrera Toro, Emilio Maury, Arturo Michelena y Cristóbal Rojas.
Entre los años veinte y treinta, fue el pintor Armando Reverón(1889-1954) quien inició a Venezuela en una verdadera modernidad pictórica. La renovación de Reverón en pintura, tiene su equivalente en la escultura en la obra de Francisco Narváez (n.1905). Las tallas de Narváez se caracterizan por la síntesis de las formas y una tendencia hacia la estilización geométrica.
Existen muchos artistas venezolanos con diferentes tipos de manifestaciones, tales como Manuel Cabré, Gilberto Bejarano, Carlos Medina, Luis Millé, Tito Salas, escultores tales como Harry Abend,Francisco Narváez, Carlos Prada, Carlos Cruz Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero.
Así como un sin fin de expresiones tomadas como artísticas, que cada uno de los sectores del país disfruta en sus celebraciones y que ya son consideradas parte de nuestras tradiciones.
OBRAS DE ALGUNOS VENEZOLANOS
La Cueva



Artes

Que son las artes

Las artes para algunos es perder el tiempo para otros es una carrera y para los que viven por ellas y para ellas es un modo de vida...

El arte es el uso de la habilidad y la imaginación, para crear objetos, experiencias, melodías o entornos con el fin de lograr el placer estético en el observador. Se dice tradicionalmente que el arte alimenta el alma, y quienes realizan esta afirmación no se equivocan. Al ver una obra de arte, uno se siente conmovido por ella, y puede llegar a sentir que se está transportando a otros lugares y tiempos, reales o imaginarios; el arte provoca sobrecogimiento. Se dice que la capacidad de distinguir lo hermoso de lo feo es una habilidad humana innata, pero la verdad es que los valores estéticos cambian de cultura en cultura, y algunos pensadores se han referido a la definición del arte como uno de los problemas más grandes de la filosofía; por lo mismo el arte y su percepción siempre serán subjetivos.
Desde la edad clásica y mucho antes, se viene practicando el arte en sus diversas modalidades y expresiones. Ya los primeros humanos con inteligencia, dibujaban en las cavernas su interpretación de la realidad de manera tanto externa (tal como se presenta a los sentidos) como interna (sus apreciaciones subjetivas de la realidad, usando símbolos y representaciones abstractas); incluso investigaciones modernas afirman que el origen de arte es entópico, esto es, deriva de experiencias subjetivas o internas de los chamanes de la época que volcaron de manera gráfica sus percepciones. Desde esos comienzos, hasta el día de hoy, el arte trata de reflejar, lo que somos y lo que estamos viviendo.
En los comienzos de la historia del arte, es decir a partir de los recuentos escritos en donde está presente el concepto, se entendía por arte a una determinada habilidad, por lo general manual o musical, bien desarrollada en una persona. El concepto luego evoluciona marcadamente en el período romántico, donde se le da una cualidad "metafísica" a la actividad artística, y por lo mismo se complica su definición, dejándola en manos de la filosofía, la religión y la ciencia. Una buena definición contemporánea bastante equilibrada en términos históricos sobre el concepto, podría ser la de un producto de la actividad humana, capaz de estimular los sentidos y la mente, transmitiendo emociones e ideas. De todas maneras el tema es sumamente subjetivo, y da para interminables conclusiones.
Cada época de la historia, por la misma razón, a cultivado un tipo de arte. Los clásicos, era rigurosos con las formas humanas. El hombre era el centro. Luego se fueron desarrollando lo románico, lo bizantino, el renacimiento, el barroco, el realismo, el surrealismo, etc. Son muchos los estilos de arte que se han desarrollado, pero cada uno de ellos, ha maravillado y tocado a sus contemporáneos, justamente porque el arte desde cierto punto de vista tiene un valor dual: por una parte representa e identifica un estado temporal o específico de lo que viven la sociedad y las personas, y por otra parte el arte tiene un valor universal rescatando la inmutable naturaleza humana, sus sueños, esperanzas, alegrías y tristezas.
Con el pasar de los siglos, se fue depurando el concepto de arte. Sobretodo la visión que se tenía, en cuanto a su exposición y el valor comercial que se podía llegar a explotar y ya para fines del siglo XVII, se comenzó a conceptuar la idea de exponer masivamente las obras de arte, con un objetivo recreacional y, al mismo tiempo, comercial. Al mismo tiempo, surgieron las primeras escuelas serias y masificadas, para que los interesados y sobretodo, dotados, pudieran aprender las técnicas necesarias como para convertirse en verdaderos maestros de su oficio.
Entre las disciplinas consideradas actualmente como arte, están: la arquitectura, las manualidades, la danza, la decoración, el diseño, el dibujo, la pintura, la moda, el cine, la literatura, la música (con todos sus géneros y expresiones), la fotografía, la poesía, la escultura y el teatro. La clasificación de todas las modalidades de esta actividad humana en nuestros días es motivo de constantes debates, pero no podría ser menos para un tema tan cautivante y elusivo como el arte.

Muestra de lo que es ARTE.... 
 TODOS SOMOS ARTISTA CUANDO NIÑOS EL RETO ES CRECER Y SEGUIRLO SIENDO...